En una de mis visitas a la ex Disquería Excalibur, me hacen escuchar a estos alemanes. Me volaron la cabeza. Los tenía junados de notas en revistas nacionales y españolas (La Madhouse en su número 2 creo les puso 10/10). Hay una historia interesante con mi pedido de grabación a Excalibur. Encargué el casette en diciembre de 1989... eran épocas de inflación alta en donde los valores de cualquier cosa cambiaban constantemente. Era el desastre económico post Alfonsín. Y hete aquí que me tenía que ir dos meses a Mar del Plata junto a mi familia y no llegué a retirar el casette a tiempo. Un amigo mío que fue luego a visitarme en las vacaciones lo retiró y me terminaron cobrando casi el doble del precio que habiamos pactado. Luego en los 90 compré el CD en la ex disquería Rainbow y se hizo justicia. Por aquella época Peavey Wagner (Bajista, vocalista y fundador de la banda) se la pasaba recalcando que ellos no eran una banda de thrash metal sino de heavy melódico. Después de que lean esto se entenderá el porqué de la confusión de la prensa en aquel entonces. La propuesta de Rage era inusual para la oferta musical de la época. “Perfect Man” es a mi entender un disco perfecto, muy querido dentro de mi colección y me cuesta ser 100% objetivo ya que tiene muchos recuerdos de la época para mí. Para analizarlo musicalmente con un prisma más objetivo hay que retrotraerse a la época en la que fue editado.
Hasta es admisible que pese a la calificación, el disco podría sonar “anticuado” hoy en día. Indefectible es entonces hablar un poco de la época en que salió este disco: el thrash arrasaba con Metallica a la cabeza, el heavy metal tradicional no estaba en su mejor momento a nivel ediciones musicales, y Alemania prometía más que nunca como potencia musical metálica: sus bandas surgidas en los ochentas ya habían echado raíces y estaban “a punto caramelo”. Tal era el caso de Rage. Yendo a la música, este disco alterna bases aceleradas con melodías sumamente pegadizas, hay ciertos guiños al thrash pero se privilegia al melodía por encima de todo. Pasaron 16 años y todavía no puedo despegarme de los descomunales estribillos y coros de “Wasteland”, “Perfect Man”, “Sinister Thinking” y “Don’t Fear The Winter”, siendo el factor prinicipal de entrada la elaboración, síntesis y gancho de los mismos. Los temas se disfrutan a toda furia en primera oída, promedian los tres minutos y medio de duración, y el trío funcionaba perfectamente en la interpretación de los temas. La voz de Peavey Wagner es ganchera y correcta. No grita desaforadamente, le imprime melodía a su garganta. Quién hace la diferencia en este disco es el guitarrista Manni Schmidt, que tranquilamente hace sonar a la banda con una sola guitarra como si fueran dos. Sus solos y riffs son excelentes equilibrando la electricidad y vértigo del thrash con la contundencia y armonía del metal más melódico.
Los músicos se lucen subiendo y bajando escalas en “Supersonic Hydromatic”. Hay temas más tranquilos como “Time And Place” en donde no dejan la potencia de lado, pero vuelven a la polenta incontenible en “Round Trip” y a la velocidad electrizante en “Between The Lines”. La base rítmica de Peavey Wagner con su bajo y Chris Ephipfiamidis en la batería hace malabares y lujos instrumentales en temas como “A Pilgrim’s Path” y se destacan por su potencia inusitada en “Death In The Afternoon”. El sonido y producción de “Perfect Man” no eran perfectos, pero sí muy buenos. En las placas sucesivas irían mejorando muchísimo la producción. Por eso muchos consideran que discos posteriores como “Trapped!” y “The Missing Link” son superiores. Pero no hubo con que darle a “Perfect Man”en el MOMENTO en que se editó.
¿Thrash? No, para nada. Algunos riffs insinúan pero no concretan.
¿Thrash? No, para nada. Algunos riffs insinúan pero no concretan.
¿Metal?. Sí, Acelerado y tocado prolijamente sin perder la armonía musical de vista.
Calificación: 10/10
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