Este fue primer disco de thrash metal que escuché en mi vida... por aquellos años había un programa en TV de aire llamado “Música Total Videos” que tenía un tercer bloque destinado al heavy metal y proyectaban uno de Megadeth constantemente. Para la época era algo irritante y furioso, lo cual me llamó la atención. Metallica pese a tener ya su "Master Of Puppets” se negaba a sacar video-clips ni era editada en el país, por ende, uno se veía obligado a ir a una disquería de vinilos importados para comprar el álbum o que el dueño te hiciera una copia a cassette.
“Peace Sells” se editó en la Argentina creo que en 1987. Lo compré cuando estaba terminando cuarto año de la secundaria, allá por 1988 en una disquería de la calle Lavalle... Si no era “Amigos De La Música” le pega en el palo. La curiosidad en relación a la edición norteamericana es que siguiendo una estupida costumbre de EMI/Capitol de aquí las ediciones nacionales tenían “los lados invertidos” (Los lados B de afuera eran los lados A en Argentina, los más viejos recordarán...) así que reordenaré la review en base al CD importado que me compré años después cuando explotó el fenomeno del compact en los noventas.
Luego de un auspicioso álbum debut (“Killing Is My Business... And Business Is Good!”), Megadeth pasa de un sello chico e independiente (Combat) a uno de primera línea (Capitol). El resultado es una mejor producción en todos los aspectos, con un album repleto de riffs interesantes, cortes intrincados y momentos musicalmente muy inspirados llenos de furia. “Wake Up Dead” abre la placa con una sección instrumental en donde los riffs raspan (de 01:01 a 01:45 lo demuestran) y los solos destrozan los tímpanos. Mustaine en la voz susurra las letras enojadísimo, aunque un tanto “tapado” por sus constantes violazos y los del talentosísimo Chris Poland. En este tema pasan de la rabia a secciones de puro headbanging y cabalgata thrasher en cuestión de 5 segundos (Caso de 02:04 a 02:26, pura furia) para luego meter solos taladrantes seguidos de bases demoledoras, terminándose el asunto con una ráfaga de riffs virulentos a partir de 02:39.
En todo el disco hay un clima de enojo, irritación y aspereza, mechados con pasajes instrumentales MUY logrados caso del tema “The Conjuring” en donde la banda suena como una aplanadora llena de hambre y gloria. Y siguen bien en alto con “Peace Sells” (Que era el video clip mencionado más arriba) con su machaque a medio tiempo hiper-colérico que termina en pura velocidad luego de un riff memorable (Que arranca en 02:20 “cortando” el tema) y coros gritados en medio de un final a puro caos (Terrible de 03:14 a 04:03). “Devils Island” mantiene la tensión y la inspiración por igual. Hay secciones de bajo muy efectivas (00:39 - 00:49), riffs por todos lados y muchos cambios de rítmo, con mucho enojo en las interpretaciones instrumentales.
Eso es lo que a mi entender Megadeth pierde a partir del (muy buen álbum) “Rust In Peace”, ese sonar tan genuino, enojado y “sacado” pero a la vez atesorando las melodías sin sonar como una bola de ruido. En sus tres primeros discos lo lograron con creces pero luego decidieron priorizar la musicalidad, explorar otras armonías y texturas más un mayor tecnicismo en las ejecuciones (Menos retorcidas y más directas) en pos de la rabia thrasher que los caracterizaba. ¿Dudas?. Escuchen “Good Mourning/Black Friday” con su exquisita introducción acústica, el tempo que antecede al descontrol que se desata terminando la banda al rojo vivo y a pura velocidad. En “Bad Omen” la base Ellefson/Samuelson se luce a puro swing mientras Mustaine y Poland siguen haciendo de las suyas metiendo un riff más trabado que otro.
“I Ain’t Superstitious” es un muy buen cover del blusero Willie Dixon, hecho a desparpajo pero bien logrado, y acelerado al mango cuando termina entre solos y baterías frenéticas. “My Last Words” cierra el disco con un thrash muy intenso, menos trabado que otros temas pero no por eso inferior a sus sucesores.
“Peace Sells...” es uno de los discos más queridos por un sector de fans, en su mayoría de 30 años para arriba. Megadeth en esos años empezaba a mostrar sus talentos y parecían destinados a la misma gloria que Metallica alcanzara con “Master Of Puppets”. Una placa gloriosa, inolvidable y fundamental para entender que carajo pasaba con estas bandas a mediados de los ochenta que patentaron y popularizaron al “thrash metal” tal cual se lo conoce hoy.
Calificación: 9/10
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