Corría noviembre de 1988, y por primera vez en mi vida decidí ratearme junto a unos amigos del club al cual iba. Fuimos a los fichines en la Peatonal Lavalle, y de repente en un local que vendía "accesorios de heavy metal" veo en la vidriera una cinta trucha con la tapa que aprecian más arriba (El cassette era grabado de vinilo, ni CD había en Argentina). Llegué a casa, puse el tape, play... y mi vida cambió. En el transcurso de esa semana lo escuché unas 40 veces: El thrash metal había entrado en mis gustos musicales.
Luego de un gran álbum y gira teloneando a Ozzy Osbourne, el cuarteto oriundo de San Francisco estaba listo para tomar al mundo del metal por asalto. A la semana de su edición "Master of Puppets" ya había vendido 250.000 copias. Son 8 himnos del thrash. El tema que da inicio a la placa ("Battery") es una descarga furiosa de riffs, con Hetfield vociferando enojosamente y Lars Ulrich destrozando parches.
Lo precede "Master of Puppets" en sus 08:38 pasa de medios tiempos a lentos, de lentos a rápidos, con un puente que contiene guitarras gemelas que rememoran a las de Thin Lizzy. La letra es excelente, trata sobre la manipulación que ejercen ciertas personas ("Obey your master..." en el estribillo vale por tres mil palabras más). "The Thing That Should Not Be" es un tema que raspa con su aspereza, dificil de digerir hasta para los más habituados a escuchar thrash, extendiéndose hasta casi seis minutos y medio de duración. "Welcome Home (Sanitarium)" sigue la tradición de lentos densos iniciada con "Fade to black", perteneciente a su álbum "Ride The Lightning". Es un tema tranquilo que invita a apreciar melodías tristes, y al llegar a tres cuartas partes del tema la cosa cambia con un acelere thrasher que invita al pogo y destruir tu habitación.
"Disposable Heroes" es una oda a la velocidad, con Hammett disparando riffs en el "bridge" del tema. Al llegar a "Leper Messiah" la banda baja las revoluciones sin sacrificar densidad. Uno de los puntos más altos del álbum es el instrumental "Orion", una oda a la densidad y a la tristeza, que llega a un matiz especial en el sólo de bajo de Cliff Burton, precedido por unas guitarras gemelas de exquisito gusto. El tema que cierra (violentamente) esta obra maestra es "Damage Inc.", una catarata de palazos, furia thrasher de la genuina, y guitarras furibundas.
Un disco fundamental en el thrash...
Hola Martin, has hecho un buen recuento del album que yo escuche alla por el año 1987. En aquel entonces esta musica no llegaba por mi tierra tan facilmente y tampoco para esos años no habian aqui tiendas de metal, por lo que a este album lo escuche a traves de un amigo que vino de Chile y estuvo cruzandome material durante unos 6 meses.
ResponderEliminarSi yo no escuchaba primero a este maestro album, posiblemente no habria tomado a Metallica tan en serio como lo hice hasta el "... And Justice For All". Que salvajada de trabajo que hicieron los thrashers de San Francisco, como alguna vez lei un comentario sobre este album en la revista Hit Parader de esos años, el primer tema te deja quieto, el segundo te muele y el tercero es YAAAAAHH!!!! ORGASMO MUSICAL!!!!! el resto los disfrutas sin fin.
Un album absolutamente OBRA MAESTRA en todo sentido, no hay nada que censurarle ni criticarle en contra (excepto quienes no sean metaleros), hasta la portada es impresionantemente llamativa, en fin repito que si escuchaba primero otro album, por ejemplo el "Kill'em All", no iba a ser lo mismo para mi ya que Metallica era pura magia, se esperaba con impaciencia su proximo trabajo esperando lo mismo o algo mejor.
Un abrazo Martin desde Quito - Ecuador, sigue adelante compadre!!!