Este CD lo compré en el momento de su edición, lo ví en un local de la Galería Bond Street. En esa época apenas se editaba algo en USA estaba en Argentina a la par (En todas las disquerías especializadas que traían muchos ejemplares de un mismo álbum). Tengo el sticker pegado en la caja, venía en el celofán. Dice “Inteligente... y a la vez melódico... riff-tástico con potencia total!!! KKKKK (Máxima calificación) Kerrang! Magazine”.
Por esas cosas de la vida no había escuchado su disco anterior (El excelente “Necroticism...”). Para la época del lanzamiento de “Heartwork” el sello Columbia había firmado un convenio con Earache Records a fin de difundir y editar no sólo a Carcass sino a otras bandas de death metal que estaban en su catálogo, caso de Entombed y Napalm Death. La idea era ver si “era negocio” el death metal más prolijo y pulido, pero el experimento duró poco porque las tres bandas sacaron sólo un disco por esa multinacional, si bien tenían sonido más limpio era algo muy extremo para el “mainstream” (Que andaba muy pendiente de Metallica y el grunge). Fue algo similar a lo acontecido años antes con bandas de thrash que eran fichadas por sellos grandes, no vendían lo que las discográficas esperaban y eran despedidas sistemáticamente para volver nuevamente a sellos independientes. La diferencia que esto perjudico transitoriamente a bandas de heavy metal tradicional.
Volviendo a “Heartwork”, estamos en presencia de un muy buen disco, lleno de ataques, voces rugidas, contrapuntos, pero que no llega al nivel excelente y clima logrado de su antecesor. En el, recordaban bastante al Megadeth más intrincado en versión death y con mil breaks de violas más tres mil cambios de ritmo. En “Heartwork” la banda optó por refinar las ejecuciones instrumentales en su totalidad, especialmente las interpretaciones de las violas, muy en la vena del mejor Mercyful Fate, especialmente por los duelos de solos que invaden todos los temas: llenos de melodías, armonías, épicos, tocados como con un “guante de seda”.
El mayor mérito es que es un álbum muy heavy atesorando la melodía y el gancho en cada track, la banda suena mejor que nunca nuevamente con Colin Richardson en la producción de excelente labor, el sonido es lisa y llanamente perfecto. Los cuatro primeros temas son una sucesión de polenta, riffs que te agarran del cogote, cambios de ritmo e instrumentaciones que te estampan contra la pared. Se destaca mucho el batero Ken Owen (Todo un Conejo Duracell), y Michael Amott junto a Bill Steer desgranando momentos inolvidables con sus guitarras. “Buried Dreams” y el muy enojado “Carnal Forge” siguen las características arriba descriptas, en este último el sólo de Mike Amott de 02:45 a 03:08 es memorable. “No Love Lost” es un tema más lento de lo habitual que recuerda más a Megadeth, posee mucho gancho, y suena asombrosamente pesado y limpio.
“Heartwork” fue el tema que llegó a tener un video en la “Headbangers” de MTV (El otro fue el ya mencionado “No Love Lost”), y que logró que muchos descubrieran a estos talentosos ingleses que supieron dejar el grindcore palero para refinar su propuesta a partir del tercer álbum. “Embodiment” es otro excelente track a medio tiempo, lleno de refinamientos de guitarra y riffs rasposos sin sacrificar un miligramo de potencia en ábsoluto. La voz de Jeff Walker es una suerte de rugido controlado que ataca al oyente. Ya no hay más contrapuntos vocales con Bill Steer, se acabaron las dos voces en la banda, lo cual era un toque distintivo sumamente interesante. En algunos pasajes, puede que este tema sea el que más se acerca a lo logrado en “Necroticism...”, pero sin tanta velocidad y vértigo.
“This Mortal Coil” es uno de los mejores momentos logrados. La sección que va de 00:21 a 00:42 recuerda a un Iron Maiden cruzado con Megadeth, todo el tema tiene tempo de “cabalgata” (A lo Maiden), pero en el bridge hay blast beats sorpresivos de Ken Owen. Siguen la masacre sónica y la ferocidad de la mano de “Arbeit Macht Fleisch”, hay menos melodía y el énfasis se pone mayormente en la intensidad de los instrumentos y la velocidad del tema. Vuelven a aparecer ráfagas letales en la batería de Owen entrelazadas en partes de la canción. La rítmica de “Blind Bleeding The Blind” recuerda a los temas viejos que no eran una oda al velocímetro (al álbum “Symphonies Of Sickness”). “Doctrinal Expletives” es más técnico, trabado y ajustado, con breaks muy bien puestos. “Death Certificate” sigue la misma línea pero con un tercer riff hiper furioso que arranca en 0:32, con la banda suena al tope de sus posibilidades, tirando la casa por el techo, arrasando y aplastando de inicio a fin.
“Heartwork” fue un clásico de los noventas. Su predecesor “Swansong” (Debo su review, otro gran disco) no llegó a ser editado dado a que Columbia quería que Jeff Walker cambiara su estilo de voz, por lo cual se quedaron con la grabación y la editó Earache.
Disco ideal para quien quiera death metal cruzado con las bandas mencionadas, y momentos inolvidables de guitarras eléctricas.
Calificación: 8/10
Por esas cosas de la vida no había escuchado su disco anterior (El excelente “Necroticism...”). Para la época del lanzamiento de “Heartwork” el sello Columbia había firmado un convenio con Earache Records a fin de difundir y editar no sólo a Carcass sino a otras bandas de death metal que estaban en su catálogo, caso de Entombed y Napalm Death. La idea era ver si “era negocio” el death metal más prolijo y pulido, pero el experimento duró poco porque las tres bandas sacaron sólo un disco por esa multinacional, si bien tenían sonido más limpio era algo muy extremo para el “mainstream” (Que andaba muy pendiente de Metallica y el grunge). Fue algo similar a lo acontecido años antes con bandas de thrash que eran fichadas por sellos grandes, no vendían lo que las discográficas esperaban y eran despedidas sistemáticamente para volver nuevamente a sellos independientes. La diferencia que esto perjudico transitoriamente a bandas de heavy metal tradicional.
Volviendo a “Heartwork”, estamos en presencia de un muy buen disco, lleno de ataques, voces rugidas, contrapuntos, pero que no llega al nivel excelente y clima logrado de su antecesor. En el, recordaban bastante al Megadeth más intrincado en versión death y con mil breaks de violas más tres mil cambios de ritmo. En “Heartwork” la banda optó por refinar las ejecuciones instrumentales en su totalidad, especialmente las interpretaciones de las violas, muy en la vena del mejor Mercyful Fate, especialmente por los duelos de solos que invaden todos los temas: llenos de melodías, armonías, épicos, tocados como con un “guante de seda”.
El mayor mérito es que es un álbum muy heavy atesorando la melodía y el gancho en cada track, la banda suena mejor que nunca nuevamente con Colin Richardson en la producción de excelente labor, el sonido es lisa y llanamente perfecto. Los cuatro primeros temas son una sucesión de polenta, riffs que te agarran del cogote, cambios de ritmo e instrumentaciones que te estampan contra la pared. Se destaca mucho el batero Ken Owen (Todo un Conejo Duracell), y Michael Amott junto a Bill Steer desgranando momentos inolvidables con sus guitarras. “Buried Dreams” y el muy enojado “Carnal Forge” siguen las características arriba descriptas, en este último el sólo de Mike Amott de 02:45 a 03:08 es memorable. “No Love Lost” es un tema más lento de lo habitual que recuerda más a Megadeth, posee mucho gancho, y suena asombrosamente pesado y limpio.
“Heartwork” fue el tema que llegó a tener un video en la “Headbangers” de MTV (El otro fue el ya mencionado “No Love Lost”), y que logró que muchos descubrieran a estos talentosos ingleses que supieron dejar el grindcore palero para refinar su propuesta a partir del tercer álbum. “Embodiment” es otro excelente track a medio tiempo, lleno de refinamientos de guitarra y riffs rasposos sin sacrificar un miligramo de potencia en ábsoluto. La voz de Jeff Walker es una suerte de rugido controlado que ataca al oyente. Ya no hay más contrapuntos vocales con Bill Steer, se acabaron las dos voces en la banda, lo cual era un toque distintivo sumamente interesante. En algunos pasajes, puede que este tema sea el que más se acerca a lo logrado en “Necroticism...”, pero sin tanta velocidad y vértigo.
“This Mortal Coil” es uno de los mejores momentos logrados. La sección que va de 00:21 a 00:42 recuerda a un Iron Maiden cruzado con Megadeth, todo el tema tiene tempo de “cabalgata” (A lo Maiden), pero en el bridge hay blast beats sorpresivos de Ken Owen. Siguen la masacre sónica y la ferocidad de la mano de “Arbeit Macht Fleisch”, hay menos melodía y el énfasis se pone mayormente en la intensidad de los instrumentos y la velocidad del tema. Vuelven a aparecer ráfagas letales en la batería de Owen entrelazadas en partes de la canción. La rítmica de “Blind Bleeding The Blind” recuerda a los temas viejos que no eran una oda al velocímetro (al álbum “Symphonies Of Sickness”). “Doctrinal Expletives” es más técnico, trabado y ajustado, con breaks muy bien puestos. “Death Certificate” sigue la misma línea pero con un tercer riff hiper furioso que arranca en 0:32, con la banda suena al tope de sus posibilidades, tirando la casa por el techo, arrasando y aplastando de inicio a fin.
“Heartwork” fue un clásico de los noventas. Su predecesor “Swansong” (Debo su review, otro gran disco) no llegó a ser editado dado a que Columbia quería que Jeff Walker cambiara su estilo de voz, por lo cual se quedaron con la grabación y la editó Earache.
Disco ideal para quien quiera death metal cruzado con las bandas mencionadas, y momentos inolvidables de guitarras eléctricas.
Calificación: 8/10
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