jueves, 9 de diciembre de 2010

TWISTED SISTER – Domingo 28 de Noviembre – Teatro de Flores (Buenos Aires, Argentina)


Lista de Temas:

What You Don't Know (Sure can hurt you)
The Kids are Back
Stay Hungry
Captain Howdy
Shoot 'em Down
You Can't Stop Rock 'n' Roll
The Fire Still Burns
We're Not Gonna Take It
Long Live Rock 'n' Roll (Cover de Rainbow en homenaje a Dio)
I Am (I'm Me)
Under the Blade
The Price
Burn In Hell
Solo A. J. Pero
I Wanna Rock

Bis:

Come Out and Play
S.M.F.

No puedo describirles cuantos años estuve esperando esta fecha. Cuando en Argentina sólo se editaban cassettes nacionales de ciertas bandas norteamericanas, este quinteto de Long Island (Nueva York) se convirtió en la banda de sonido de mi adolescencia. Pese a que se separaron en 1988, me alegré con su reunión en la primera década de este siglo. Pero… ¿Twisted Sister en Buenos Aires?. Cuando retiré mi entrada y la ví todavía no lo creía… Y llegó ese domingo soleadísimo con mucha ansiedad. Tanta que fui al horario de apertura de puertas para estar lo más cercano a la valla posible. Si bien la apertura se demoró un tanto, me posicioné a un metro de donde luego estarían Dee Snider y Mark Mendoza. Abrió la jornada Coverheads, con John Corabi. Tuvieron el mejor sonido que escuché de un telonero en el Teatro de Flores y entretuvieron a la gente con covers de (entre otros) Motley Crue y The Beatles.

Al estar tan cerca de la acción no me percaté de la cantidad de gente que se estaba juntando. A media hora de empezar el plato principal, El Teatro estaba lleno como nunca lo ví (Estimo unas 1800-2000 personas) y hasta los laterales/palcos estaban más que poblados. Durante la previa pude hablar con otros treintañeros muy emocionados, uno de ellos resultó ser un médico. Hablando un poco de cómo se vive el rock a estas edades, la charla se desvirtuó y me tiró una frase: “Viejo, los shows son para verlos delante de todo, ahí sentís la adrenalina”. A los cinco minutos no volví a saber más nada de el, se apagaron las luces y salieron cinco cincuentones atorrantes a matar o morir. Las avalanchas y empujones me obligaron a asomar el cuello para ver a Dee, tenía tal emoción que no me importaba ser pisoteado, amasijado: Twisted Sister ya con “What…” tenía a todo el recinto de rodillas. Hasta “Stay Hungry” no pararon, y el publico no paró… de amasijarse, pasaba gente volando por mis manos con destino a las vallas, todo estaba REVERENDAMENTE AL PALO, y de cantar los temas más los típicos oleoleolés. Estando tan cerca pude ver bien la cara de asombro de Mark, Dee y Jay Jay (Quién estuvo entiende) que parecían decir para sus interiores ¿Este público nos estuvimos perdiendo?. Mismo, Jay Jay en un momento en inglés manifestó que se limitaron a elegir 20 shows en el año, y que Argentina había demostrado porqué Twisted Sister no se equivocó: eramos “Awesome” (Formidables), y empalmó con “Este tema es para la gente que como ustedes nos mantuvieron vivos todos estos años”. Y ahí lloré, mierda. Largaron “The Fire Still Burns”, título que me representa mucho y canción de mi disco favorito y subvalorado “Come Out And Play”.

Para resumir el evento, jamás ví un show con una perfecta onda, complicidad y conexión entre una banda y el público. ¿El culpable?. Daniel “Dee” Snider, uno de los mejores frontman que parió el rock. El fue la figura, con caudal vocal intacto y estado físico impecable, manejando a piacere el escenario y cebando a la gente. 10 puntos. Los guitarristas Jay Jay French y Eddie Ojeda estuvieron correctos dentro de una banda que no precisa guitarristas virtuosos. Mark Mendoza tocaba su bajo aporreándolo tanto en el diapasón como en su base y hay que decir que… está hecho una vaca!. El setlist (Ver arriba) estuvo en un 50% apoyado en “Stay Hungry” y el resto casi en sus dos primeros discos. Sólo no tocaron temas de “Love Is For Suckers”, aquel disco que en realidad fue un solista de Snider editado bajo el nombre de Twisted Sister. Me sorprendió verlos en mucha mejor forma que en los DVDs de Wacken 2003 y Londres 2008, A.J. Pero acaso es el mejor músico de los cinco, castigó a la bata dándole maza al bombo y con pegada maciza. Tuvo el acierto a la hora de su sólo de hacerlo breve insertando medleys de Rush, Zeppelin y otras bandas. La gente seguía en llamas, y la banda creo yo se retroalimentó de ese bardo en el buen sentido. Cerraron con “I Wanna Rock” con todo pero todo el lugar saltando, y Dee fustigando en joda a uno del palco que no cantaba. “Chicas, a ese que lo vemos, no cojan con el, seguro que se va a su casa y todas las noches hace esto!” (Se imaginan que gesto hizo Dee con una sóla mano).

Y ahí se cayó el show para mí pero ellos no tuvieron la culpa. Por primera vez en veinte años advertí que me robaron. Mi bermuda estaba con su bolsillo vacío, sin el celular, la entrada de recuerdo, y el ticket de guardarropa en donde había depositado el merchandising que había comprado antes de mandarme delante. Sentí una gran tristeza no por haber perdido el telefonito o el merch: ¿Uno va a un show de rock para ser victima de pungas?. ¿Son del palo o hay tongo con la organización?. Viví lo que tanto venía escuchando en estos últimos tres años.

Mientras ellos cerraban la brillante noche con el bis: “Come Out And Play” (Descomunal) y “S.M.F.”. Se encendieron las luces y mientras muchos se desconcentraban, como veinte personas estaban en mi misma situación mirando el piso esperando recuperar lo irrecuperable. Nos intercambiábamos datos pero todo fue al pedo: hubo pungas, y llegué a hablar con quince personas que fueron robadas por mi zona. Es por eso que esta review la decidí escribir más en frío y que esa situación no me hiciera describir lo que fue esa noche: sonido perfecto, alto, una banda que de glam no tiene un carajo (En vivo es un Motörhead hardrockeado), y Snider dando cátedra de cómo manejar al público. Gracias Twisted Sister por todos estos años, y gracias por demostrar que “el fuego aún arde”

Calificación: 10/10

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