Tras trece años de silencio vuelve el hijo pródigo de la segunda oleada de la Bahía de San Francisco. Nuclear Blast los llama y aquí tenemos a esta “Onda Omega”. El CD arranca ilusionando con todo de la mano de “Forsaken At The Gates” (Por lejos lo mejor del álbum) y “Overthrow” (Con unos tales Chuck Billy y Steve Souza en los coros). ¡Todo lo que uno esperaba de ellos!. ¡Que bombazos!. ¡Thrash, polenta, quiero más!. Ya se advierte que la voz de Russ Andersen no es tan aguda pero está en excelente forma, este rubio gordo sin dudas es lo que le da el distingo al quinteto con sus falsettos y voces agresivas disparadas casi al azar. Sigue otro buen tema (“Adapt Or Die”) e inesperadamente el CD entra en un bajón tremendo a causa de tres muy mediocres temas que te hacen agarrarte la cabeza: “Swine” – soporífero, una versión berreta de grunge -, “Chatter” – los 2:16 más intrascendentes de tu vida, un instrumental de cuarta con charlas de fondo -, y “Dragging My Casket” que parece una ensalada de Nevermore, grunge y tiempos medios embolantes. Vuelven a levantar inesperadamente la placa con el EXCELENTE “Hopenosis”, un tema a media marcha pero de calidad con un gancho logradísimo. A esta altura quienes esperaban una vuelta al Forbidden más añejo, simplemente corran a buscar “Forbidden Evil”/“Twisted Into Form”, y el desconcierto con que se muestra este laburo hace difícil entender QUE era concretamente lo que buscaban con este regreso a nivel línea musical.
No obstante, los temas que siguen son buenos y captan la atención por sus violas más pesadas (Pero sin las virulencias del pasado) y la voz de Russ que sigue mostrando cual es el mejor de los cinco músicos. Se extraña algún violero compinche para el histórico Craig Locicero, acá no están ni Glen Alvelais ni Tim Calvert a quienes el futuro les dio la razón en sus carreras por su talento. Steve Smyth es correcto pero lejos está del nivel de los mencionados.
Volvió Forbidden con un disco que vale la pena y nada más. En lo personal esperaba bastante más de ellos sin haber quedar defraudado con este “Omega Wave”. Entiendase bien, no está mal, pero con los antecedentes que tenían las expectativas estaban al taco. “El más anticipado álbum del año” dice una etiqueta en el celofán. Hubo alguna interferencia en las ondas del que diseño el sticker, deberían haber puesto “El álbum más desparejo del año”.
Calificación: 6.5/10............ tirando al "7" pero por más que le ponga ganas... no llega
No obstante, los temas que siguen son buenos y captan la atención por sus violas más pesadas (Pero sin las virulencias del pasado) y la voz de Russ que sigue mostrando cual es el mejor de los cinco músicos. Se extraña algún violero compinche para el histórico Craig Locicero, acá no están ni Glen Alvelais ni Tim Calvert a quienes el futuro les dio la razón en sus carreras por su talento. Steve Smyth es correcto pero lejos está del nivel de los mencionados.
Volvió Forbidden con un disco que vale la pena y nada más. En lo personal esperaba bastante más de ellos sin haber quedar defraudado con este “Omega Wave”. Entiendase bien, no está mal, pero con los antecedentes que tenían las expectativas estaban al taco. “El más anticipado álbum del año” dice una etiqueta en el celofán. Hubo alguna interferencia en las ondas del que diseño el sticker, deberían haber puesto “El álbum más desparejo del año”.
Calificación: 6.5/10............ tirando al "7" pero por más que le ponga ganas... no llega
(Lo lamento como gran fan de ellos).
Grande Forbidden por siempre,,,a comprar el original nomas ! ! ! !
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