Esta agrupación Uruguaya ya tiene años tras sus
espaldas con una historia sumamente interesante, ya que en sus inicios pasaron
dos músicos reconocidos actualmente como los Martines López y Mendez que posteriormente
emigrarían a Suecia para tocar en Opeth pasado el año 1995 que es en el que se
funda la banda. José Romero (Guitarra/Voz/Teclados/Sintetizadores) es el líder de
este desafiante proyecto y lo ha llevado al nuevo milenio exitosamente tras dejar
su Uruguay natal para emigrar a Estados Unidos rumbo a nuevas aventuras. Dos
discos de excelente factura caso de “Philosopher” y en especial el muy
destacado “Destiny-Man” no sólo puso a Requiem Aeternam de lleno en el panorama
musical metálico sino que fue introduciendo la filosofía en las líricas dando
casi la fundación de un metal filosófico. De hecho en “Philosopher” (Donde el ex
Immolation Alex Hernández aporta una impresionante labor en la batería) cada
track está dedicado a una escuela de filosofía. Tras aquel lejano debut en 1998
titulado “Eternally Dying” mucha agua ha corrido por el puente y José siguió
impulsando los límites de su creatividad músical e inquietud filosófica hacia
niveles increíbles, en especial antes de abordar este trabajo recomiendo
escuchar de cabo a rabo el brillante disco “Destiny-Man”, ya que “Instrumetal I”
tiene varios puntos de contacto con él. Tenemos diez temas en una hora catorce
minutos, en donde José sigue yendo más allá, en algunos casos con variaciones
instrumentales de piezas de “Destiny-Man” caso del tema que lleva este mismo título,
el tema que da nombre a la banda que en 05:57 tiene una bella interpretación de
teclados con reminiscencias clásicas y las exitosas adiciones instrumentales de
teclados y sintetizadores en “Freewill” y “Existence”. José decidió suprimir
las voces de los temas, lo cual nos permite ahondar aún más en la música que el
crea. Y además da rienda suelta a su pasión por la música Rioplatense
adicionando tres temas con esa percusión tan característica de la región, como
se escucha en “Metalambo”, “Percussionist I: Murgalist” y la sublime sesión con
percusionistas que se da en “Percussionist II: Candombist”. Esta variante entre
el metal expeditivo y el factor percusivo le da a “Instrumetal I” una sal
adicional y lo diferencia de casi todo lo que se ofrece en el mercado actual
musical. Como si fuera poco en el primer track toca los teclados como invitado
de lujo el señor Derek Sherinian quién aporta su talento y experiencia en “Attunement”.
Hay experimentos exitosos que incrementan la dinámica como “Electrial” que
coquetea con momentos tecno, sintetizadores estratégicamente usados y climas
únicos. Otro tema nuevo es “Benius” en donde se exploran variantes musicales de
corte netamente acústico. Este disco es de lo más destacado del año para mí sin
momentos flojos y lleno de lo que hace a la música apasionante: el arte de
impulsar su creatividad a otros planos. Un disco para escuchar sentado, sin
distracciones, apagar el celular y sumergirte en este viaje musical y que desde
ya requiere muchas audiciones para ser procesado. Una muestra más de
personalidad en épocas en donde la música es más superficial e inmediata. Una
maravilla de pieza musical.
Calificación: 9/10
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