Me parece que el día en que venga el holocausto nuclear quedarán las cucarachas y Sinister (Y Overkill desde ya). Esta banda de death metal holandesa desde sus comienzos - pese a los constantes cambios de alineación - no aflojó, llegando con este DISCAZO a un presente demoledor y brutal pero a la vez muy dinámico. Con muchos aires de vieja escuela pese a la inclusión de algunos colchones de teclados que paradojalmente acentúan la oscuridad y pesadez, ahora son quinteto y el único miembro original es el ex-baterista Aad Kloosterwaard que pasó a ser vocalista. Pero pareciera que estamos escuchando los mejores pasajes de los primeros tres discos con una formidable relectura por parte de los músicos. En esta edición de diez temas (Hay otra de nueve) todo es un ataque a los oídos en donde sobresale la formidable labor del actual batero Toep Duin que es el responsable de la espina dorsal que constituye este monstruo formidable y triturador llamado "Syncretism". Hay algunos riffs de Denis Hartog y Ricardo Falcon (Y graba algunos el guitarrista Bastiaan Brussaard según el booklet) muy influídos por Cannibal Corpse, situación demasiado obvia en "Dominance By Acquisition" que roza el plagio al riff de un tema de "The Bleeding" (No diré nada) pero no importa ya que las guitarras aquí son corrosivas, retorcidas, filosas cual katana y van en consonancia con la tormenta desatada por el mencionado batero. Uno podría pensar que el sonido es crudo: es nítido, pesado y claro. Todos los temas se la bancan por mencionar algunos "Blood-Soaked Domain", alguna influencia de Nile y más palazo en "Black Slithering Mass" y un tema "lento" en esta edición especial titulado "Unhallowed Blood", casi once minutos de marcha a la Incantation/Autopsy más tortuga sin dejar de ser Sinister. Uno de los mejores discos de death metal que se haya editado en el 2017 y siguen en carrera con la vara MUY alta.
Calificación: 9/10
Calificación: 9/10
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