Si, de nuevo estoy escribiendo sobre “La banda de donde salió el reemplazante de Cliff Burton”. Este disco no es fácil y al momento su edición generó ciertas controversias. Para ello rebobino un poco, tras dos discos fundamentales como “Doomsday…” y “No Place…” al quinteto de Arizona le pasó lo que le ocurría a toda banda de thrash que tenía algo de trascendencia pero con una vuelta de tuerca. El primer disco lo grabaron en Metal Blade, para pasar a Elektra (Si, el sello de la banda a donde fue su ex bajista), pero estos los echan y MCA (Un sello muy grosso también) los contrata. Vuelan a Nueva York para grabar junto al experimentado Alex Perialas como productor pero problemas técnicos hacen que las voces se tengan que grabar en San Francisco, y a la vez se cruzan con un terremoto. Estos tipos siempre con el viento en contra. E irónicamente el título del disco tiene bastante que ver con lo que sigue (Algo así como “Cuando se viene la tormenta”). La producción deja BASTANTE QUE DESEAR (Una suerte de “...And Justice for All” anémico), a la cabeza el sonido de las guitarras y ciertos momentos del redoblante de la batería muy agudos para lo que estábamos acostumbrados en esos años. Todo eso atenta de antemano pese a que el tema con el que abren es a mi entender el mejor y más Flotsam del CD (“The Master Sleeps”). El resto de los temas es bastante desparejo, hay momentos en donde quieren hacer la cosa con más estribillos (“Suffer The Masses”), cosas en plan S.O.D. como el bardero/breve “K.A.B.” (Kill All Bouncers, algo como “Matá a todos los de seguridad que están detrás de la valla”), temas más trabados y dinámicos (“6, Six, VI”), y otros compositivamente más acertados (“October Thorns” y “Scars”). Los demás se van mechando entre los mencionados y son como rellenos en donde uno (o yo) no terminan de engancharse o no se entiende que línea le quieren dar a la canción (Ej: “No More Fun”).
La prensa de todos lados hizo tronar el escarmiento (Hasta Madhouse aquí, pero Metal Maniacs en USA también no se quedó atrás), la tapa mucho no ayudó – bastante mediocre el diseño para colmo – y la banda no se hizo cargo en su momento de que a la mayoría de sus seguidores y prensa esta tormenta que se venía no les había agradado del todo. Pero ojo, no es un mal disco, conservan el estilo de riff, Eric A.K. siempre cumple con su voz distintiva, pero la ya mencionada producción tira mucho para atrás el laburo de la dupla de violas Michael Gilbert/Ed Carlson, y Kelly David Smith en los parches no sólo padece esto sino que no luce como en los dos primeros discos. El bajista que reemplazó al que se fue a Metallica (Ops!) aquí escribe la totalidad de las letras, que van desde temas sociales, la censura, manipulación, pero a mi no me terminan de convencer. Para colmo el hombre en cuestión a los meses se iría a Prong: Troy Gregory. La edición que ven es una limitada del sello polaco Metal Mind limitada a 2000 copias, remasterizada (No se salva, lo cual parece indicar que ya la tormenta venía en la mezcla) pero con un golazo: un bonus track con un reportaje a Eric A.K. y Troy Gregory. Me reí mucho al escucharlo porque el futuro bajista de Prong en una pregunta se manda al frente con su admiración por esa banda, el resto es muy entretenido y los tipos muy simpáticos. Si te volaron la cabeza los dos primeros discos, animate con este pero estás avisado: no es una tormenta con granizo pero los chaparrones se sienten.
Calificación: 6.5/10
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