Un disco que hacía rato quería comentar no sólo por su calidad sino por sus efectos colaterales en la banda y fuera de ella. Graban en Chipping Norton Studios bajo la producción de Dennis Mackay, excepto… un tema solo. Se le sugiere a la banda grabar un tema más accesible para meter de single y optan por un tema de Spooky Tooth "Better By You, Better Than Me" (Producido por James Guthrie, quién años después produciría “The Warning” de Queensrÿche”). Sin querer, años después esta elección les traería dolores de cabeza judiciales. Y aquí me detengo.
En 1985, James Vance, de 20 años y Raymond Belkamp, de 18, vivían en Nevada, Estados Unidos, ambos fans del heavy metal y fans de Judas Priest. Los chicos estaban escuchando "Beyond The Realms Of Death" (De este disco) mientras bebían y fumaban porro. Decidieron quitarse la vida con una escopeta que había en la casa. Primero ambos jóvenes destrozaron la habitación en donde se encontraban para luego marcharse de la casa a caminar varios minutos y llegar hasta un pequeño parque. Ray se apuntó a la cabeza con la escopeta y perdió su vida de inmediato. James dudó de entrada, cerró los ojos y apretó el gatillo pero cayó al suelo vivo dado que erró el tiro sobreviviendo tres años más para luego morir de una sobredosis de drogas.
Los abogados de las familias involucradas aseguraban poseer pruebas contundentes de que en el álbum había mensajes subliminales que demostrarían que realmente “existían”. Mismo “expertos” como William Nickloff y Steve Williamson descubrieron que en justamente en ¡"Better By You, Better Than Me"!, uno de los temas de Judas que los chicos habían escuchado momentos antes de dispararse, se ocultaba un mensaje subliminal fonoinvertido que refería al suicidio (se escuchaba "Do It!, Do It!", o sea "¡Hazlo!, ¡Hazlo!”). En el transcurso del juicio pretendían probarlo, demás está decir que el mismo tuvo mucha repercusión mediática (Recuerdo haber visto la noticia en la cadena CNN y los tipos no pasan cualquier cosa). Rob Halford, Glenn Tipton y K. K. Downing tuvieron que comparecer en un tribunal de Reno, Nevada. Halford coherentemente aportó una prueba de que el tema “Invader” (Otro más del disco) invertido contenía también un mensaje que sonaba a “Nosotros también debemos armar una defensa” (¿A que carajo incita eso señores “expertos”?), refrendando que todo lo que se escuchaba era debido a inflexiones de su voz que se reflejaban al inverso sin intención. El juez admitió haber escuchado este y otros “mensajes subliminales” pero estimó que se trataba de un cumulo casual de efectos sonoros y que no hubo en ningún momento mala fe por parte de la discográfica o la banda propiamente dicha y fueron absueltos de pagar seis millones de dólares de indemnización.
En 1985, James Vance, de 20 años y Raymond Belkamp, de 18, vivían en Nevada, Estados Unidos, ambos fans del heavy metal y fans de Judas Priest. Los chicos estaban escuchando "Beyond The Realms Of Death" (De este disco) mientras bebían y fumaban porro. Decidieron quitarse la vida con una escopeta que había en la casa. Primero ambos jóvenes destrozaron la habitación en donde se encontraban para luego marcharse de la casa a caminar varios minutos y llegar hasta un pequeño parque. Ray se apuntó a la cabeza con la escopeta y perdió su vida de inmediato. James dudó de entrada, cerró los ojos y apretó el gatillo pero cayó al suelo vivo dado que erró el tiro sobreviviendo tres años más para luego morir de una sobredosis de drogas.
Los abogados de las familias involucradas aseguraban poseer pruebas contundentes de que en el álbum había mensajes subliminales que demostrarían que realmente “existían”. Mismo “expertos” como William Nickloff y Steve Williamson descubrieron que en justamente en ¡"Better By You, Better Than Me"!, uno de los temas de Judas que los chicos habían escuchado momentos antes de dispararse, se ocultaba un mensaje subliminal fonoinvertido que refería al suicidio (se escuchaba "Do It!, Do It!", o sea "¡Hazlo!, ¡Hazlo!”). En el transcurso del juicio pretendían probarlo, demás está decir que el mismo tuvo mucha repercusión mediática (Recuerdo haber visto la noticia en la cadena CNN y los tipos no pasan cualquier cosa). Rob Halford, Glenn Tipton y K. K. Downing tuvieron que comparecer en un tribunal de Reno, Nevada. Halford coherentemente aportó una prueba de que el tema “Invader” (Otro más del disco) invertido contenía también un mensaje que sonaba a “Nosotros también debemos armar una defensa” (¿A que carajo incita eso señores “expertos”?), refrendando que todo lo que se escuchaba era debido a inflexiones de su voz que se reflejaban al inverso sin intención. El juez admitió haber escuchado este y otros “mensajes subliminales” pero estimó que se trataba de un cumulo casual de efectos sonoros y que no hubo en ningún momento mala fe por parte de la discográfica o la banda propiamente dicha y fueron absueltos de pagar seis millones de dólares de indemnización.
Sacando esta payasada pero que debe ser mencionada sobretodo para los más jóvenes, el disco fue el primero que realmente definió el sonido más métalico de Priest y acaso sea de los mejores discos de toda la discografía del quinteto. La velocidad y los ataques de viola en “Exciter”, la pesadez y solidez de otros temas más a medio tiempo como el tema título, el controvertido cover que suena muy bien pero se nota que no es un tema autoría de la banda, y una seguidilla de temas sublimes (Frenada por “Savage”, muy Deep Purple para mi gusto): “Invader”, el EXCELENTE “Saints In Hell” en donde Halford llega a tope de sus posibilidades y la banda suena tremendamente metálica para bajar varios cambios con un tal “Beyond The Realms Of Death” (El mejor “lento” de Priest en toda su carrera, ¿oscuro y tortuoso?). La calidad de los temas y el claro avance hacia un sonido decididamente más duro, agresivo y macizo, sacando pequeños baches de los temas mencionados o del cerrador “Heroes End” los hizo pegar un salto en calidad, al punto de que este es el disco preferido de ciertos fans. En mi caso lo revaloricé con los años, y es muy recomendable para quién no escuchó nada del Judas de los setentas (Que es diferente al posterior), para luego proseguir con cualquiera de esa década. Tranquilos que no pasa nada, si tienen revolveres en la casa denle para adelante que si el oyente es sano y cuerdo (No fue el caso de las dos personas involucradas), tendrá “clase” para apreciar este gran trabajo, tal vez medio oculto para fans que prefieren "Screaming For Vengeance" y "Painkiller".
Calificación: 9/10