¿Qué más se puede decir al hablar de un disco de esta banda?. Tras editar “2112” y “A Farewell To Kings” el trío había desarrollado plenamente su arista más progresiva expandiendo su composición y arreglos a terrenos impensados. A la vez los tres discos líricamente estaban cuasi conectados por el tipo de letras que escribía el baterista Neil Peart: mucha temática relativa a la ciencia ficción y la literatura fantástica. En ella (“Cygnus X-1 Book II, Hemispheres”), se narra la historia de un viajero espacial que se traslada a otro universo -inspirado en la mitología griega- en el cual se vive una ambientación de la dicotomía cerebral entre Apolo (Dios de la sabiduría) y Dionisio (Dios del vino), mostrando las diferencias entre el hemisferio izquierdo (Aquí Apolo) y el hemisferio derecho del cerebro (Dionisio, el lado emocional), el cual triunfa. Al final Peart muestra que ambas partes son necesarias para el equilibrio natural del ser humano, introduciendo el concepto de balance externo: el protagonista se transforma posteriormente en otra deidad gobernante (Cygnus), que se presenta como un Dios del equilibrio, el cual debe intervenir ya que sin él ambos hemisferios vivirían eternamente en guerra hasta su destrucción.
Más allá de la descripción lírica de la pieza, la banda retoma musicalmente la línea de “A Farewell…” pero impulsando las ejecuciones y temas más allá. Como siempre Peart y su batería son una fuente inagotable de sonidos con sus 500.000 elementos percusivos, y la base con Geddy Lee es solidísima, aquí el bajo está más al frente que nunca. Los dos temas que siguen son de estribillos recordables sin dejar el norte intrincado de la música de Rush: “Circumstances” y la bellísima “The Trees” (Que trata de dos especies de árboles – robles y arces – que luchan por la luz solar). El último tema es un instrumental de más de nueve minutos titulado “La Villa Strangiato” en donde la banda se zambulle en otros estilos como el jazz, blues y rock. Se dice que el título obedece a que alguien de la banda vió un local llamado así a la salida de un ensayo, dando por tierra la seriedad abordada en los otros tres temas (Mismo viendo los títulos de las subpartes uno encuentra incoherencias como “Buenos Nochas Mein Froinds!”, “Never Turn Your Back On a Monster!”. Nuevamente la asociación con Terry Brown en los estudios Rockfield (Gales) les hizo sacar una pieza de lujo. Rebanense los sesos descubriéndola: otro disco que requiere ser escuchado con todas las letras.
Más allá de la descripción lírica de la pieza, la banda retoma musicalmente la línea de “A Farewell…” pero impulsando las ejecuciones y temas más allá. Como siempre Peart y su batería son una fuente inagotable de sonidos con sus 500.000 elementos percusivos, y la base con Geddy Lee es solidísima, aquí el bajo está más al frente que nunca. Los dos temas que siguen son de estribillos recordables sin dejar el norte intrincado de la música de Rush: “Circumstances” y la bellísima “The Trees” (Que trata de dos especies de árboles – robles y arces – que luchan por la luz solar). El último tema es un instrumental de más de nueve minutos titulado “La Villa Strangiato” en donde la banda se zambulle en otros estilos como el jazz, blues y rock. Se dice que el título obedece a que alguien de la banda vió un local llamado así a la salida de un ensayo, dando por tierra la seriedad abordada en los otros tres temas (Mismo viendo los títulos de las subpartes uno encuentra incoherencias como “Buenos Nochas Mein Froinds!”, “Never Turn Your Back On a Monster!”. Nuevamente la asociación con Terry Brown en los estudios Rockfield (Gales) les hizo sacar una pieza de lujo. Rebanense los sesos descubriéndola: otro disco que requiere ser escuchado con todas las letras.
Calificación: 8.5/10