¡Que pedazo de CD por favor!. ¿Cómo llego a conocer a la banda?. Me llamó la atención el arte de tapa a lo VoiVod y que el sello que los editara fuera Heavy Artillery Records (Un sello que siempre edita muy buenas bandas). Bastante desconfiado, descargué el material: a la primera audición no pasaron 15 minutos de reproducción, y ya mi culo había dado 30 veces contra el suelo, y mi cabeza 30 contra el techo.
¿De donde surgieron estos hijos de mil puta?. Un cuarteto de thrash metal técnico jóven oriundo de Arizona saca un disco debut en el 2006, tres años después como ya mencioné Heavy Artillery Records los contrata. De entrada se provoca un engañapichanga: la tapa parece un clon de las primeras de VoiVod y uno piensa que va a escuchar algo como “Killing Technology”. Pero la música es descomunal por donde se la mire. Los tres primeros temas que componen el CD son perfectos: En “Black Future”, “Oblivion” (Más perfecta aún) y “Destroying The Cosmos” hay temas que no bajan de los cinco minutos, breakdown, thrasheadas furiosas, arpegios, riffs retorcidos e intrincados, aceleradas, un grupo que no sabés con que te va a salir a los veinte segundos. Les menciono algunas de las bandas me vinieron a la cabeza al escuchar este cuarteto: VoiVod (Si, especialmente en cosas de las violas), Cynic, Nocturnus, Mekong Delta, Iron Maiden, Megadeth, Destruction, Watchtower, Opeth, Rush, metal tradicional/progresivo, y mucho “shredding” en los violeros.
Hacen thrash metal – no hay duda de eso - pero de una forma que jamás escuché en mi vida en ninguna banda: Técnica, palerismo y musicalidad jamás estuvieron tan bien combinadas en un trabajo. Seguimos con el cuarto tema “Forests Of Legend” – uno de los puntos más altos de la placa - con diez minutos de duración y guiños al primer Megadeth en un par de riffs y una introducción de dos minutos acústica pero a la vez... ¡Intrigante! (La palabra clave para esta banda). Las violas de Erik Nelson y David DiSanto son las estrellas: un riff por acá, flechazo por allá, no se limitan a riffear, hay solos impecables, escalas, arpegios, riffs espiralados, cabalgatas, lo que te imagines. Y los otros dos componen una base rítmica que apuntala un rascacielo (Blake Anderson en batería - Que hasta mete un par de blast beats cortos en unos temas - y Frankie Chin en bajo).
Las violas es una enciclopedia viviente de riffs thrashers de todo tipo, he llegado a contar ocho diferentes en un minuto en algún tema. Se suceden los temas y el oyente es apaleado por tanta música y thrash amalgamado, por momentos más asesino pero sin perder el norte con el técnicismo (“Asteroid”, “Hunger For Violence”, “Dark Nebula”) y el final a todo arsenal de variantes con los casi trece inigualables minutos de “Accelerating Universe”. Las letras son de ciencia ficción, tópicos espaciales (A lo Nocturnus) y para terminar ni siquiera la irregular voz de David DiSanto baja la calificación final: imaginen un Schmier de Destruction cruzado con un Kelly Schaffer de Atheist, en realidad actuaría como “un instrumento más” dado el planteo del disco ya que no “molesta” como pasa con otras bandas pero deja planteada la duda
¿Qué hubiera pasado si a Vektor se le pone un vocalista con más recursos?. No sé, pero el futuro negro no lo tienen para nada. El disco más impactante que escuché en años. Vendan su alma y escuchenlo: Sesenta y ocho minutos imperdibles en nueve temas.
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Calificación: 10/10.