Antes de hablar sobre este disco hay que recalcar ciertos sucesos que afectaron a la banda. El grupo ya estaba registrando temas nuevos en los Morrisound Studios pero tras regresar de una serie de shows junto a Candlemass toman una van para volver a la Florida. Desgraciadamente sufren un accidente automovilístico importante en el cual fallece un integrante que le aportaba mucho a la banda: el bajista Roger Patterson.
La banda sufre un serio revés anímico (Patterson no murió en el acto, tuvo una agonía bastante fea y Schaffer mismo sufrió heridas), pero pese a todo le dan para adelante y siguen con Atheist. Tony Choy (De Cynic en aquel entonces) les da una mano para grabar el bajo y nuevamente con Scott Burns en la producción logran un muy buen trabajo lleno de extravagancia amalgamada con furia y estructuras inusuales/osadas en los temas.
Atheist arriesgó y se nota en cada interpretación contenida en este “Unquestionable Presence”. Así se suceden temas llenos de trabazones, riffs filosos, tempos que varían constantemente. Un disco totalmente no convencional (Ni sueñen con asimilarlo a primera audición), dificil de digerir para el oyente acostumbrado a estructuras sencillas en lo que a composiciones concierne. Basta escuchar el tema título, y poder apreciar la riqueza de texturas en las instrumentaciones. La adrenalina mezclada con toda esta riqueza de arreglos y ejecuciones explota en “The Formative Years” (mi favorito, con un arsenal de variantes jazzeras y un buen gusto envidiable).
La voz de Kelly Schaffer tiene una particularidad: es agresiva pero frasea de una forma que no resultará chocante para ciertos oyentes que no se bancan a cantantes “no convencionales”. Choy no será Patterson pero tiene momentos muy inspirados como en “Mother Man” (Que abre el CD)
Como es habitual el nivel de las ejecuciones es de muy bueno para arriba (El baterista es un jazzero tocando death metal), Choy cumple sin llegar al “vuelo” que tenía Patterson, y el tándem Schaffer/Burkey se lucen en el tema título con riffs ciclópeos y sólos que parecen ráfagas.
La intro de “Retribution” recuerda más a los momentos más zarpados de su debut, la base tiene su momento en donde se luce en una suerte de zapada jazzera (De 02:45 al fin del tema). “Enthralled In Essence” abunda en cortes y cambios de rítmo, muchos de ellos en momentos impredecibles.
Atheist desarrolla una idea, la retuerce cargándola de arreglos intrincados, rebobina, se traba la base para adoptar la rítmica que menos pensás. Escuchar para creer. Impredecibles por completo, ni hablar en su momento. Si bien el primer disco para mí es inigualable negar que este trabajo es de altísima calidad es pecar de necio. Acaso una banda demasiado adelantada y atrevida a comparación de sus colegas, lo cual hizo que la audiencia no supiera – o no quisiera – asimilarlos.
Su presencia fue incuestionable en el género. Lástima que muy pocos se dieron cuenta.
Calificación: 8/10