sábado, 17 de febrero de 2007

BLACK SABBATH "Black Sabbath" (1970, Heavy Metal)


Mi inicio a Sabbath arrancó bastante más tarde de lo pensaba, allá por 1995, Musimundo se encontraba en pleno boom de importar cosas, y aparecieron casettes de Sabbath editados por Castle Records, al regaladísimo precio de 5 pesos. Aproveché la volada y me compré los primeros seis lanzamientos. Pese a la calidad de los temas el nivel del audio de los cassettes era regular y no me enganché 100% en aquel entonces si bien me gustó mucho. Pero la vida me daría revancha. Durante el 2005 me decidí de una vez a tener los ocho primeros álbumes COMO CORRESPONDE, léase con buen sonido, edición impecable y demás. Por ende me compré el Box Set que lanzó Warner en USA hace unos años el cual incluye TODOS los discos en estudio desde 1970 a 1978 en una edición de lujo (Hasta “Never Say Die!”), acompañado por un espectacular libro con un DVD. La presentación de la caja con una cruz grabada a relieve es increíble. Es sumamente dificil elegir un disco entre los primeros seis de Sabbath ya que todos ellos son imprescindibles para entender las raíces del metal más denso. No me caben dudas que estoy frente a músicos que han patentado este estilo y forma de sonar. Estuve meses pensando en uno, a la hora de seleccionar entre este álbum y “Paranoid”, “Master Of Reality”, “Vol 4”, “Sabbath Bloody Sabbath” o “Sabotage” me quedo con este bombástico, viscoso y experimental debut. Voy a hacer una excepción con el enfoque de las reviews e incluiré una muy breve biografía de la banda antes de hablar de este disco.... Allá por 1967 Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward tenían una banda de blues llamada “Polka Tulk” que luego pasaría a llamarse “Earth”, tocando incesantemente por los clubes de Birmingham, para 1969 “Earth” pasó a ser “Black Sabbath” (Un nombre inspirado en el film de terror de Boris Karloff). En enero de 1970 lanzan su primer single “Evil Woman” a través de una subsidiaria de Philips (Fontana), sin mayor repercusión en los charts. Pero llegó la revancha unos meses más tarde. Con sólo seiscientas libras de presupuesto graban este inolvidable debut en los estudios “Regent Sound” (En donde grabaron alguna vez The Beatles y The Rolling Stones), todo en sólo UN día y con una grabadora de sólo !Cuatro canales!. El disco se abre con uno de los más grandes temas de la historia del metal, el tenebroso “Black Sabbath”. El riff de Tony Iommi es perfecto, mete miedo con tanta tenebrosidad que transmite, lo acompañan macabras campanadas que le confieren más densidad al tema. Bill Ward es lento y tortuoso en su interpretación de batería, secundado por el macizo bajo de Geezer Butler. Junto a ellos Ozzy Osbourne logra crear climas oscurísimos con su garganta (de 01:10 a 02:19 es una sección esencial del rock en donde su voz brilla junto a la SG de Iommi y el lento ejecutar de Ward). En “The Wizard” Ozzy toca la armónica y el tema tiene decididos tintes bluseros. Tenemos otro riff memorable facturado por Iommi y Bill Ward vuelve a lucirse en su batería. Todo muy sencillo pero totalmente avasallador. Ni hablar del bajo de Butler, bien lleno y perfectamente audible en cada tema del disco. El breve instrumental “Wasp” nos deja en las puertas de “Behind the Wall Of Sleep”, en donde se advierten más variaciones de tempo y un mayor uso de recursos en la percusión, creando un blues pesadísimo y siniestro rico en pasajes instrumentales muy logrados. Uno de los momentos más inolvidables de este disco es que le precede a la descomunal exhibición de bajo interpretada en “Basically”, el enorme “N.I.B.” (Título puesto en honor a barba de Bill Ward... los músicos estaban muy consustanciados con las drogas), con otro riff que quedaría en la memoria de todo fan de la música metálica. Ozzy canta correctamente, con ese timbre tan especial que siempre lo caracterizó. El sólo de guitarra de Iommi es espectactular, y estamos hablando de un intérprete que supo sortear un serio accidente en sus dedos con tal de seguir tocando la guitarra. 


Estos músicos estaban empezando a crear un estilo propio sin saberlo (Como mencioné estaban totalmente pasados de drogas), acaso un blues muy pesado con partes jazzeras (En especial la base Butler/Ward), letras que trataban sobre lo oculto, y por sobretodo mucho sonido primal y denso. No apto para quienes buscaban algo fácilmente digerible. Y “Black Sabbath” desde la bruja que está (o no según la leyenda difundida) en la tapa intimida, es macabro. En “Wicked World” se le animan al jazz con cruces de blues tal como se puede apreciar especialmente en el primer minuto del tema. Ozzy adopta una vocalización más personal y los riffs de Iommi hipnotizan al desprevenido oyente, otro solo excelente que le guiña al jazz, se vuelven adictivos a medida que las audiciones se van repitiendo. El disco sigue con “Sleeping Village” con experimentaciones musicales variadas y exitosas en donde la densidad parece tomarse vacaciones para volver con todo. Solos que van y vienen, bases bien definidas en donde el bajo de Butler brilla. Riffs densos se corresponden con punteos filosos, Ward y Butler de 02:12 a 03:06 se ponen a jazzear con Iommi creando uno de los momentos más logrados a nivel creativo en esta placa a mi entender. Hay pasajes de guitarra que son lisa y llanamente colosales. El último tema “Evil Woman” es un cover que ya habían grabado como single (Ver más arriba), es más digerible si se quiere en comparación a los demás temas. Queda confirmado que la música de la “Bruja Negra” no es para cualquier oyente y requiere del mismo una cierta apertura en sus sentidos. En “Black Sabbath” estos cuatro jóvenes músicos dieron inicio a una seguidilla de discos que marcaría a fuego a toda una legión de futuros músicos. Imprescindible y esencial para entender las raíces más pesadas del género metálico.

Calificación: 10/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario