sábado, 21 de octubre de 2017

GUNS N´ROSES "Appetite For Destruction" (1987, Hard Rock)


Se han cumplido treinta años de uno de mis discos favoritos de toda mi vida. Tanta agua ha pasado bajo el puente que por el álbum a hablar y el contexto voy a cambiar el enfoque de la review. Ya mucho se ha hablado del disco y de la banda. Recomiendo en primera instancia que lean la reciente reseña/homenaje que hizo mi amigo Alex Bretto en su blog Music Corner (Que me influenció a crear Rage Reviews por como exponía la música en formato blog) en este posteo: http://alex-musiccorner.blogspot.com.ar/2017/07/music-corner-n-152-guns-n-roses.html. Ya él - con mucha precisión - les cuenta historias de este disco que yo no voy a narrar en esta instancia para en cambio dedicarme a otros aspectos del álbum y el impacto que tuvo en mi vida cuando me encontré con el. Para mi adolescencia estaba muy metido en Metallica, Exodus, Slayer y Megadeth. El thrash metal me había VOLADO la cabeza. Si bien escuchaba algunas cosas de Ratt, en ese momento iba en búsqueda de sonidos violentos con tipos enojados y guitarras asperas/machacantes. Hete aquí que me voy de vacaciones a Mar del Plata en Enero/Febrero 1989 y ya "algo" se hablaba de los Guns N´Roses en los medios especializados, a la postre sonaba muy tímidamente en algunas radios su primer single. En una cena de amigos en las vacaciones mencionadas conozco a un amigo de mi primo segundo que resultó ser otro loco como yo, un Sanjuanino muy copado que escuchaba desde Venom hasta AC/DC. El fue quien me adoctrinó en medio de una charla. "Martín, ¿No escuchaste una banda llamada Guns N' Roses?. ¡Te van a encantar!. Roberto (Mi primo segundo), traeme un cassette virgen y hacele una copia ya mismo". No se dan una idea lo que gasté esa cinta en Febrero de 1989 y en Marzo ya al volver a Capital Federal busqué como desesperado la edición local que Geffen muy tímidamente había lanzado por estos lares. La encontré en la renombrada disquería Zivals. Yo pidiendo y el empleado que no lo encontraba ya que el cassette se encontraba en una batea al fondo de todo. Dejando las hermosas historias del pasado y en una época en donde todavía no había explotado la "Guns Manía" "Appetite..." es un trabajo que me partió la cabeza a primera escucha. Se notaban muchísimas influencias musicales y un grupo tremendamente rockero que era obvio, no practicaba un enfoque fiestero a lo Poison, Mötley Crüe sino que eran PESADOS, enojados pero a la vez tremendamente musicales e inspirados. Componían grandes canciones y podía escuchar hasta influencias de Sex Pistols (Otra banda que tenía escuchada de adolescente). Doce himnos perfectos que destilan rebeldía, riffs gordos llenos de melodías y sólos inspiradísimos de Izzy Stradlin y Slash, un Axl Rose enojado pero a la vez dotado de una buena voz que con los años me iba a dar cuenta de que en su performance acusaba recibo sus bandas predilectas (Nazareth). El bajo de Duff McKagan - El GNR más "punk" si se quiere - es audible hasta en el momento en donde se limita a hacer base, y Steven Adler es un baterista optimo para esta infernal máquina de rockear. A veces dicen que las cosas se dan en el momento justo e indicado y para el caso de estos cinco atorrantes es lo indicado. Llenos de testosterona, talentosos, cargados de historias VIVIDAS POR ELLOS de problemas con la ley, viviencias callejeras, abuso de drogas, amoríos/desamoríos y con unas ganas infernales de salir a comerse al mundo, vaya si lo hicieron con este disco esencial para la historia del rock. "Welcome To The Jungle" es una de las mejores formas de abrir un disco que escuché en mi vida con sus riffs furiosos, macizos, rockeros, que en el puente se vuelven arpegiados. "Nightrain" es una oda al vino barato norteamericano - Una suerte de Termidor foráneo - que podían costearse cuando no tenían un mango (Acá traducida como "Tren Nocturno") con mucho acuse de recibo de los Sex Pistols. "Paradise City" es un momento remarcable del disco con una melodía amigable pero no comercial y el tema explotando al son de marcha tremebunda que no cesa hasta su fin. El viejo Lado B no se queda atrás: más amalgama del Hard Rock de bandas como el Aerosmith de los setentas con punk inglés en "My Michelle" y el single bien oculto adrede que es "Sweet Child O´ Mine" acaso el tema más "radial" del lote, todo prosigue con desparpajo rockero en "You´re Crazy", "Anything Goes" y "Rocket Queen". Lógicamente el disco fue vendiéndose exponencialmente rompiendo todas las reglas ya que no era una banda amigable para la escucha ni "alegre". Siguieron giras teloneando a Iron Maiden y luego a Aerosmith, y una revista norteamericana que leí en 1989 en una sección donde seleccionaban bandas ("Bounded For Glory", en español "Destinados a la gloria") entre otras diez, los incluyeron. Y vaya que la alcanzaron, es una banda que escuchó hasta mi tía y elogió gente que ni me esperaba. Mi disco de hard rock favorito de la historia. Inigualable.

Calificación: 10/10

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