lunes, 21 de enero de 2008

OBLIVEON "From This Day Forward" (1990, Thrash Metal)


Obliveon es una agrupación canadiense de thrash metal elaborado (Por ponerlo de alguna forma), que no tuvo buena fortuna en el mercado metálico. Escasa difusión, lanzamientos autogestionados, pero en el otro lado de la balanza había una calidad musical y compositiva que superaba holgadamente a muchas bandas que copaban la parada en los medios y vendían relativamente bien.

En lo personal los descubro con “Nemesis” (Ya escribí de él en este blog), gracias al “download” pero cuando me enteré que el sello canadiense ProDisk sacaba a la venta sus cuatro discos remasterizados no lo dudé ni un instante: me compré todo.

“From This Day Forward” es un gran debut. Es más, no parece un primer disco. He aquí a una banda que tiene muy en claro como quiere sonar, con músicos que además de ser buenos ejecutantes meten muy buenas ideas y en gran cantidad en cada tema. Ya estas cualidades se veían tímidamente en sus demos.

A esta altura quién esté leyendo estas lineas se debe preguntar como suena Obliveon. No hay una respuesta precisa – un mérito – pero hay mucho de thrash técnico, algo de Watchtower en lo instrumental, Revenant también, hasta algo del Sepultura de “Beneath The Remains” aggiornado, y acusan influencias de sus compatriotas de VoiVod y hasta de Rush en la elaboración de las composiciones. Si te gusta Cynic, este disco te va a gustar aunque no llegan a tanto grado de depuración. Ya desde el vamos con el tema título te vuelan la cabeza con cada guitarra perfectamente entendible tirando dos riffs en paralelo, Pierre Remillard y Martin Gagné no sólo actúan como tándem sino que por momentos parecen disociarse para crear partes separadas para volver a conectarlas. Creer para escuchar.

Obviamente este disco no entra a primera oída pero pasada ella uno se dará cuenta de que calidad hay y mucha. Son sólo siete temas pero todos ellos son de una calidad superlativa. No son de machacar pero recién en “Droidomized” (De lo mejor de la placa) se percibe algo de velocidad - En 01:50 - y trabazones precisas con demoledor por parte de la sección rítmica en 04:30 a 04:40. Durante los casi siete minutos que dura este tema se perciben numerosas variantes de estructuras, matices de riffs muy atrapantes –desmayados, asperos, graves/machacosos – la base se amolda a esta experimentación constante de seis cuerdas con precisión total, el bajo se cuela entre las violas metiendo líneas perfectamente audibles. La voz del bajista Stephane Picard recuerda a Henry Veggian (Revenant) por ese tono susurrado/grave que le imprime a cada tema. Misma suerte corre “Fiction Of Veracity” (Tema que fue título de un demo).

Me resultó dificil hacer la review ya que la propuesta de la banda es muy osada no sólo para una banda de thrash sino para una de heavy metal. “From This Day Forward” es un formidable compendio de bases que juegan con rítmicas fluctuantes, guitarras que por momentos se tornan impredecibles, atmósferas graves y asperas que incluyen secciones de acústicas, y un EXCELENTE nivel en las siete composiciones y una destreza en la ejecución de los cuatro músicos.

Sin dudas, una banda que pasó y pasará desapercibida desde ese día y en adelante.

Calificación: 8/10

viernes, 18 de enero de 2008

WHIPLASH "Insult To Injury" (1989, Thrash/Heavy Metal)


Merced a este tercer disco de Tony Portaro y cía me inicié a Whiplash. Andaba revolviendo cassettes importados en Excalibur allá por 1998 y lo compré sin escucharlo (¿Se sigue haciendo eso hoy en día?), pero muy al tanto de los buenos comentarios que había recibido el disco por parte de cierta prensa especializada.

Para el 2005 me compré en CD la reedición que lanzó el sello holandés Displeased Records. “Insult To Injury” es un disco muy “subjetivo”, dependerá de cada uno si le agrada si se escucha lo que la banda había grabado antes. Respecto a los dos primeros (y muy agresivos) discos, el grupo sufre cambios de integrantes: se va el baterista T. J. Scaglione – llegó a estar un rato en Slayer – e ingresa en su lugar Joe Cangelosi (Quién luego recalaría en Kreator), y Tony Portaro decide delegar la voz en un vocalista llamado Glenn Hansen para concentrarse de lleno en las seis cuerdas. Esta última incorporación sería crucial para el cambio musical que representa este CD, en donde la agrupación pasa de ser un trío a un cuarteto.

¿Cambios en lo musical?: Si y muy notorios, a la cabeza la voz. Portaro rugía a toda furia en los antecesores “Power And Pain” y “Ticket To Mayhem”, en cambio Glenn Hansen canta y lo hace realmente muy bien. Recuerda bastante a Mike Howe (Ex Metal Church), la banda en lo musical se aproxima casualmente al quinteto de Seattle pero con más machaque de guitarra y cortes de rítmo. Por ende muchos viejos fans vomitaron al escuchar este trabajo y otros como yo lo celebraron, de ahí a la subjetividad que mencioné antes: a algunos les gustará mucho y otros lo desecharán de inmediato (No creo que haya grises en la opción).

La guitarra de Portaro lidera todo secundada de una sólida sección rítmica (Bono/Cangelosi) que rdespliega y resuelve cortes y breaks con total destreza. Hansen logra dotar de mucha más melodía a la propuesta con buen manejo de agudos y otro tipo de energía/agresión a los tracks. Así tenemos momentos potentes y vibrantes como el tema título (De lo mejorcito del lote), “Hiroshima”, “Witness To The Terror” y “Pistolwhipped”. Hasta incluyen un instrumental titulado “Ticket To Mayhem” (Como el título de su segundo disco), rico en variantes y con un machaque de guitarra a partir de 03:10 muy logrado.

¿Un defecto del disco?. Si. Hay temas que son un tanto parecidos en el “tono” y riffs de guitarra, si bien hay gancho, energía y el disco no es para nada despreciable, se advierte el mismo problema que tuvo Atrophy en “Socialized Hate” (Leer review en este mismo blog). Un claro ejemplo de ello es el track “Battlescars” (Lo más flojo y un tema totalmente de relleno). Si bien el thrash es un estilo con limites bien establecidos, muchas violas de Portaro suenan excesivamente similares a medida que pasan los temas. Pero allí aparece la voz de Hansen para subir la cotización de cada tema, y de no haber estado el otra hubiera sido la historia.

“Insult To Injury” pese a sus puntos bajos es un muy buen trabajo, en donde se incorporan influencias de heavy metal europeo con un thrash más dosificado y elaborado.

Para los amantes del viejo Whiplash, en la reedición se incluyen seis temas crudísimos y en vivo en el CBGB de Nueva York que harán lagrimear mal a los que les iba más ese estilo.

Calificación: 8.5/10

miércoles, 16 de enero de 2008

S.D.I. "Sign Of The Wicked" (1987, Speed Metal)


A esta banda alemana de los ochentas le huí por prejuicio: no me gustaban las iniciales (Pese a que me gusta el hardcore/crossover) ni me gustó mucho la tapa (ver arriba). Recuerdo haber visto la portada en vinilo en Excalibur a fines de esa década.

Gracias a gente de un foro que integro me empiezo a poner al tanto de S.D.I. (Satan’s Defloration Incorporated, el nombre es una joda y no debe tomarse en serio) y a sacarme esa falsa impresión.

El primer disco (“Satan’s Defloration Incorporated”) es bueno y parece un borrador de lo que vendría: el real salto de calidad lo pegan con este laburo que lo bajé en mp3 y no aguanté tanta potencia metálica junta al punto que lo terminé comprando en su reedición.

Como ya dije S.D.I. es una aplanadora total. ¡Y un trio para colmo!. Estos hijos de puta no dejan un hueco vacío en ningún tema, todo suena bien “lleno”. Hacen básicamente un speed metal muy rico en rebusques de viola con las melodías y composiciones trabadas en las rítmicas (sin abusar de ese recurso) que atrapan. Sin ir más lejos el primer tema (“Coming Again”) es el mejor ejemplo, y mi favorito ya que creo que es en donde la banda tira la casa por la ventana.

El cerebro de S.D.I. es el bajista/vocal Reinhard Kreuse quién originalmente tocaba la viola pero se pasó al bajo ya que para cantar y tocar a la velocidad de S.D.I. se le hacía más práctico. El violero Frank Tiesing y el batero Frank Maunert completan este combo demoledor que en la mayoría del disco va a altas velocidades y arrasando a todo lo que se les cruce – sin descuidar la melodía y la estructura de cada tema – lo cual redunda en un disco que no pide un misero “stop” en la primera audición.

Hay metal electrizante y violento en esa piña al mentón hecha tema llamada “Megamosh”, hay temas más lentos pero corrosivos como el que le dá titulo al disco (Me recuerda algo al Twisted Sister de “Under The Blade”), otro con guiño al hardcore más melódico en los coros (“Alcohol”), y ningún track de relleno. Por eso son 9 temas, y no 12-14 como se estila ahora con resultados aburridos y abundante material intrascendente o de sobra.

Todo lo contenido en “Sign Of The Wicked” está totalmente asociado al metal más contundente, interpretado por músicos que muestran mucha destreza en cada instrumento, sonido claro gracias a una muy buena producción y momentos de alta adrenalina para el que le guste esta mano.

Por ende “Quick Shot” y “Always Youth” alternan velocidad con guitarras frenéticas sin hablar de la titánica labor y despliegue del batero (En especial recomiendo escuchar las secciones de doble bombo del último tema que mencioné). Otro momento alto tanto en la calidad del tema como en el voltaje que te deja seco es “Long Way From Home”.

Sin vueltas: esto es heavy metal aceleradito con temas excelentes en donde no se pierde el norte de las melodías, mérito de las composiciones y de los punteos del mencionado Tiesing. Se cierra esta joya oculta en la historia del metal con otras dos bombas: “Killer’s confession” (Kruse vocalmente no es una maravilla pero el estilo que le imprime va de maravillas con la propuesta, lo mismo ocurre con los coros que hacen los otros músicos), y tras una intro limadora en alemán, el tiro de gracia de “Fight” con sus trabazones, cortes, rafagas de violas... que más puedo decir.

Yo me los perdí durante casi 20 años, este signo no sólo es maldito, te hace sangrar como el logo trazado con gillette en el hombro de Kruse que se ve en la tapa (Que es una representación, no real). La reedición en CD trae un booklet muy completo, con fotos y un reportaje a Kruse que es una suerte de biografía de la banda.

Discazo (Gracias Alejandro y Victor por avivarme)

Calificación: 9.5/10

miércoles, 9 de enero de 2008

OBITUARY "Cause Of Death" (1990, Death Metal)


Allá por 1992 ya había escuchado vía cassettes algunas bandas que serían de cabecera en el death metal norteamericano: Death y Morbid Angel. De Obituary había escuchado un tema el año anterior en una programa de radio metalero marplatense en donde el presentador – con buen tino – decía que le recordaba a Celtic Frost pero con un vocal mucho más salvaje. Pues en ese mismo año conseguí el CD en cuestión, en una época en que venían los mismos en una tapa de cartón aproximadamente del tamaño de media tapa de vinilo (para que el arte de tapa se apreciara más, cuestión que le fue criticada al CD en sus primeras ediciones). Recuerdo perfectamente que lo compre en Thor, disquería de la Galería Bond Street que por suerte sigue en pié.

Tras un intro (Que Sepultura calcó descaradamente para “Arise”, mismo los artes de tapa de ambos discos tienen un estilo muy similar... Arise salió un año después vale aclarar) Trevor Peres asesina con su guitarra monótona, podrida y bien rítmica. Pero aparece alguien inesperado, un guitarrista que para este CD fue convocado a grabar los solos: James Murphy. Tras una demostración de destreza, melodía y agresión, todo desemboca en un huracán llamado “Infected”, John Tardy parece gritarte desde los cuatro costados mientras su hermano Donald te martilla con el doble bombo. La sección que va de 01:46 a 02:09 es demoledora y cabal ejemplo de todo esto. Todos los temas están conectados entre sí, no tienen pausas pues están “empalmados” por efectos, ruidos tenebrosos, etc... lo que hace de “Cause Of Death” una masacre sin pausa. Si a esto se le agrega una inspiradísima producción de Scott Burns, pues nos encontramos ante el mejor trabajo de la banda en toda su carrera por lejos (A mi entender).

Si el death metal de Obituary no fuera tan sencillo, “monótono” y podrido no sería Obituary. A diferencia del debut “Slowly We Rot”, para esta ocasión ajustaron las clavijas en los climas: más oscuros pero con esos solos de Murphy que le dan un halo épico. No dan ganas de parar el puto CD por un instante, así pasan “Chopped In Half” (Mi favorito, ya al inicio arranca lento y con mucho bombo/machaque, pero el tiro de gracia lo pegan de 01:23 en adelante: Tardy larga un grito y la banda pasa a “modo instrumental”, velocidad con furia, oscuridad, desolación, todo en uno más el sólo de Murphy. Un excelente cover de “Circle Of The Tyrants” (Un tributo sentido a la banda que sin dudas más influencia ha ejercido en su sonido”), la agonía hecha título y sonido en “Dying”, la tensión nerviosa a punto de explotar en “Find The Arise”.

Podría seguir enumerando todos los temas (El tema título, otro excelente track con una intro muy Celtic Frostesca seguida un formidable sólo y todos los recursos desplegados a tope de nuevo), y el vendaval final de “Turned Inside Out” que arranca con tempo tímido, bridge de 01:37 a 01:54) para sacarse la cabeza con un buen headbanging que desemboca en un crescendo que va de 01:55 a 02:41, ya te dan ganas de romper todo lo que tenés alrededor.

No tengo más palabras para describir este disco: 300% death metal, una banda en su mejor momento, tempos lentos/rápidos/trabados/funerarios, podredumbre mechada con tecnicismo, propuesta musical sencilla pero muy adictiva. De obligatoria audición para fans del género. Una buena causa para morirse escuchando un compact.

Calificación: 9/10

domingo, 6 de enero de 2008

JUDAS PRIEST "Ram It Down" (1988, Heavy Metal)


Cuando estaba en cuarto año de la secundaria – o sea cuando se lanzó este disco en Argentina bajo el nombre de “Aplástalo” – me compré el mismo en formato cassette. En su momento me decepcionó un tanto, pero con el tiempo supe encontrarle los puntos altos al disco, que afortunadamente los tiene.

Para comprender un poco a “Ram It Down” hay que hacer un pequeño ejercicio previo. Judas Priest previo a este lanzamiento había "sofisticado” su propuesta con un MUY BUEN disco llamado “Turbo” en donde tuvieron una de las mejores producciones y sonido de todo el heavy metal. Pero no había ningún “Screaming For Vengeance” ni “Freewheel Burning”, lo cual exasperó a buena parte de la comunidad metálica, con el agregado de que optaron por modernizar su imagen (Una onda media “futurística”, chau cuero y tachas). Luego de este “Ram It Down” vendría un disco que nadie se esperaba, lleno de velocidad, agresión, temas demoledores... la review la tienen más abajo y para muchos es el mejor disco de heavy metal que se sacó desde 1990... ¿Hace falta mencionarlo?.

Pues “Ram It Down” es un puente. Un disco de transición en donde hay elementos de “Turbo” y se perciben pequeños adelantos de lo que explotaría en “Painkiller” (Ahí lo dije). Basta escuchar el tema título que nada tiene que envidiarle al “Freewheel Burning”, Halford está con los agudos a tope – escuchar de entrada como el tema arranca – y tras el la banda se encolumna sonando como un acoplado muy nítido (Gracias a la excelente producción de Tom Allom). Esta intensidad y pesadez se repite en “Hard As Iron” (Lleno de explosiones).

¿Qué pasa con los demás temas?. Para lo que significa estructurar un disco, son irregulares. “Heavy Metal” me parece un tema del montón, ni pesado, ni rockero, sin gancho, y los dos temas que le siguen corren la misma suerte (“Love Zone” y en menor medida “Come And Get It”). Por ende el disco había arrancado largando lava, cae con tres temas y se levanta con el mencionado “Hard As Iron”.

El viejo Lado B se abre con un tema que equilibra lo mejor entre pesadez, sofisticación y arreglos. “Blood Red Skies” es el encargado de reencausar el disco, con Halford en un estribillo emotivo y el llamativo sonido procesado de la bata de Dave Holland (Que se repite en otros temas). “I’m A Rocker” mantiene el nivel con un muy buen desempeño de la base Hill/Holland.


Pero se produce un nuevo bajón con un aceptable cover del clásico de Chuck Berry “Johnny B. Goode” (El cual se incluyó en el soundtrack de una película que no recuerdo), el tema está OK pero ni suena a Judas Priest rockero ni recrea el original, y se repite la indefinición que tienen ciertos temas en este disco... caso de su predecesor “Love You To Death”, que no emociona ni te estampa contra la pared. Para cerrar el disco – con flor de portazo – se lanzan en plan Black Sabbath con un lento y demoledor “Monsters Of Rock” que salva el honor de Judas Priest en esta placa.

Si “Ram It Down” hubiera sido un EP de 5 temas, casi hubiera sido un “Painkiller”. Pero pese a los desvaríos es un buen disco, con excelente sonido, sofisticación, el tándem K.K./Glenn afiladísimo, base que siempre suena sólida – aunque con efectos ya mencionados que restan algo – y Halford que siempre se luce con su arsenal de agudos y falsetes, sin dejar de lado su registro más grave.

La tapa no representa el contenido de disco. Tampoco el título. Puede llegar a ser de lo más flojo de Judas, pero igual lejos está de ser una decepción.

Calificación: 7/10